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Ficha técnica
Desarrollador: Sierra On-Line
Distribuidor: Sierra On-Line
Año: 1991
Género: Aventura gráfica
Idioma: Español (traducción amateur)
Plataforma: MS-DOS

Introducción
Conquests of the Longbow es la segunda y última aventura gráfica de la saga Conquests que iniciara la siempre activa Sierra dos años antes con Conquests of Camelot. Nuevamente a cargo de Christy Marx, en el que sería su último trabajo para la compañía, corresponde saltar unos siglos hacia adelante respecto a los tiempos del Rey Arturo para sumergirnos en el universo de Robin Hood.
Más allá de tener unas cuantas cosas para criticar por aquí y por allá, supera fácilmente en la mayoría de los aspectos a su predecesora, convirtiéndose en una aventura mucho más accesible para el público en general. Igualmente, esto no la salvó del mismo olvido que sufrió Camelot con el correr de los años, a pesar de constituirse como uno de los puntos altos de la trayectoria de Sierra en el género, sobrepasando en calidad a otras de mayor renombre.
Antes de entrar de lleno en el juego, les comento que no cuenta con traducción oficial al español y sólo con una de carácter amateur que sinceramente deja bastante que desear en algunas oportunidades, sobre todo en la segunda mitad del juego, con diálogos traducidos de manera muy literal. Por supuesto, se agradece el aporte ya que siempre es bienvenida una versión en nuestro idioma y puede acercar el juego a mucha gente, pero le haría falta una revisión.

La historia
Conquests of the Longbow nos exige que nos adentremos en una Edad Media ya avanzada, más precisamente en el siglo XII, para encarnar al legendario Robin Hood en su lucha contra el infame Príncipe John y el malvado Sheriff de Nottingham. La historia es la conocida por todos, pero para aquellos a los que las distintas adaptaciones de este personaje les hayan sido esquivas, les paso a resumir el argumento.
Estamos en el año 1193 y el Rey Ricardo Corazón de León se encuentra combatiendo en las cruzadas cuando es asediado y capturado por el Rey Leopoldo de Austria, quien pide un suculento rescate para devolverlo con vida a su patria. Sin embargo, el trono de Inglaterra ha sido ocupado por el hermano del rey, el Príncipe John, y ni él ni el nefasto Sheriff tienen intenciones de abandonar el reinado y juntar la suma pedida por los enemigos. Pero los fieles a Ricardo Corazón de León no se olvidan de su legítimo rey y harán lo imposible por reunir los fondos que se necesitan para rescatarlo. A la cabeza de la misión se pondrá el legendario forajido Robin Hood, acompañado por otros proscriptos como él, y la bella Lady Marian quien, lejos de ocupar un papel pasivo, tiene un rol bastante importante en la trama.

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El arte
Artísticamente, salta a la vista la evolución que ha tenido Sierra en materia de gráficos al hacer uso de un VGA reciente pero efectivo. La gran mayoría de los escenarios son realmente muy bonitos y cautivan hasta el día de hoy por sus detalles y, sobre todo, por la facilidad con la que consiguen una buena inmersión. El bosque de Sherwood, la Iglesia de Nottingham, el monasterio de los pocos amigables monjes, difícil de encontrar puntos para criticar. Tal vez podamos decir que son muy parecidos, o iguales, los fondos durante las diversas pantallas del bosque. Esto, aunque cierto, es más que entendible considerando que el bosque es realmente enorme y que hacer un fondo distinto para cada pantalla hubiera sido interminable y seguramente mucho más costoso, sin mencionar que también hubiera hecho mucho mayor el tamaño del juego, algo que, en esos tiempos, no era una tontería. Los personajes, sus retratos al dialogar y las animaciones en general, tampoco desentonan y se mantienen en el mismo alto nivel.
Si ya en Conquests of Camelot habíamos elogiado las diferentes melodías compuestas para el juego, acá no podemos hacer otra cosa que seguir en la misma línea y decir que, nuevamente, la banda sonora es notable. Nos transporta de inmediato a la Edad Media y se adapta perfectamente bien al juego, siendo en general más alegre y menos solemne que la música de su predecesora, capturando así la personalidad propia de esta aventura.

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Jugando
Confieso que arranco la partida con bastantes ganas después de haber disfrutado la experiencia de Conquests of Camelot y de haber leído muy buenas críticas de esta continuación. La secuencia inicial es tal vez un poco larga al empezar con los créditos, pero la introducción que sigue nos pone en clima narrándonos los hechos básicos de la historia que tienen que ver con el secuestro del rey. En tanto, empezamos el juego en la cueva en la que habita Robin, y al salir de allí nos encontramos con nuestros compañeros quienes nos darán algunas pistas sobre lo que deberíamos hacer. El entusiasmo inicial por mi parte se va apagando ya que, la verdad sea dicha, comienza siendo muy aburrido. Tenemos que encontrar en el Bosque de Sherwood la colina desde donde hace guardia Little John, pero el mapa in-game con el que contamos no nos ayuda y entonces es cuestión de ir pasando pantalla por pantalla hasta encontrarlo. Siguiendo el camino correcto no es difícil, pero es tiempo perdido innecesariamente, sobre todo considerando que, si se va para el lado equivocado, podemos vagar por el bosque durante mucho tiempo porque éste realmente es gigante. Evalué en su momento la posibilidad de hacerme un mapa a mano o en Excel pero, por suerte, no lo hice, ya que no es necesario.
Por otro lado, el juego se divide en días que terminan una vez hayamos cumplido con ciertos objetivos. Sin embargo, los primeros días terminan muy rápidamente, después de que hayamos hecho una o dos cosas con las cuales Robin ya considera que hizo suficiente y que se puede ir a descansar con sus amigos.
En pocas palabras, el comienzo es aburrido porque tenemos poco para hacer, entre las cuales están rescatar a una mujer en apuros de las garras de un guardia de Nottingham o practicar arquería en un campo de tiro cercano, y porque podemos fácilmente estar vagando por el bosque sin rumbo más tiempo del necesario.
A partir del segundo día, el juego empieza lentamente a hacerse cada vez más interesante. Seguimos en principio con días cortos y pocas actividades para realizar, pero la inclusión de Lady Marian en la trama le da a Robin, y al jugador, un motivo para seguir adelante mientras el plan para traer de regreso a Ricardo Corazón de León empieza a gestarse. Marian es una mujer misteriosa que tiene la misión de proteger el bosque, agregando así una dosis de fantasía a la historia. No está puesta sólo para enamorar al protagonista sino que realmente toma cartas en el asunto en el rescate del rey y en ocasiones sirve de intermediaria entre Robin y la ciudad.

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Prontamente, el aburrimiento inicial que por poco me hace descartar el juego se disipa y el juego se vuelve realmente atrapante, con sucesos interesantes ocurriendo todos los días que obligan a cambiar continuamente los planes de “los buenos” en su intento de derrotar a “los malos”. Además, se nos presentan una galería de divertidos y variados personajes con los cuales interactuar y que nos ayudarán, o no, a avanzar en la historia. Los amigos de Robin se la pasarán haciendo bromas, y cuando nos toque morir, ya que es un juego de Sierra, no se olviden, los podremos escuchar hablar sobre nuestro deceso y en ocasiones darán alguna pista sutil sobre cómo deberíamos haber encarado el problema.
Pero además de una interesante historia que tiene incluso mucho más de lo que uno podría esperar de una adaptación de una historia de Robin Hood, Conquests of the Longbow tiene otros aspectos que se pueden destacar.
La interfaz es la típica point ‘n’ click usada por Sierra en este período, con los comandos que surgen en la sección superior de la pantalla al pasar el mouse. Lo distinto para la ocasión es la inclusión de dos botones particulares: un arco y un mapa. El arco nos sirve para desenfundar rápidamente el mismo y utilizarlo en situaciones en las que tenemos que actuar con velocidad para no morir en el intento, sin la necesidad de abrir el inventario, seleccionar el ítem, cerrar el inventario y recién ahí poder usarlo, algo que sería más fastidioso. En más de una ocasión vamos a querer dejar nuestras flechas embutidas en el cuerpo de algún enemigo por lo que no viene para nada mal este agregado. El otro botón mencionado parece un pergamino y es un mapa que nos dará un acceso rápido a cualquier lugar importante que deseemos, otro agregado de lo más útil.
Además, también en la parte más alta de la pantalla tenemos siempre presentes los puntos que vamos sumando según lo que hagamos, así como el dinero que reunido para el rescate del rey y la cantidad de proscriptos que se han unido a nuestra causa hasta el momento.

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Si jugaron Conquests of Camelot o leyeron su reseña recordarán que en ciertas oportunidades éramos puestos ante situaciones en las que era necesario tomar una decisión que afectaría el final del juego, pero eran decisiones sencillas y la única forma de equivocarse era si uno quería ver qué pasaba de elegir otra cosa además de lo obvio. En Longbow han elevado la vara y la toma de decisiones toma un papel bastante más importante. Elegir mal difícilmente acabe en un dead-end, pero sí en la quita de puntos y en un final poco satisfactorio. En un principio, las elecciones también son fáciles de tomar, pero es muy interesante ver las diferentes formas desde las que se puede abordar cada problema. Podemos hacer que Robin se comporte ante la gente de manera heroica, rescate a la gente en problemas y que consiga lo que quiere negociando o podemos hacer que se comporte de la peor manera posible, que no le importe el bienestar de los demás y que trate de resolver sus problemas simplemente apuntando a la gente con su arco, algo que a veces es útil y a veces inoportuno. Actuar de esta manera obviamente tiene consecuencias negativas y, además de ir perdiendo puntos en el juego y perdiendo proscriptos, el final de la historia de Robin no será el más dulce.
De manera poco sorprendente entonces, tenemos que hacer que Robin se porte bien si queremos que nos vaya bien, aunque también existe la posibilidad de no tomar siempre las mejores decisiones y aún así ganar el juego. En diferentes oportunidades, tendremos que tramar un plan con nuestros hombres y cada uno de ellos propondrá un abordaje diferente, y es tarea nuestra elegir el más adecuado, una decisión no tan fácil de tomar.
Uno de los aspectos más flojos son los puzzles, que escasean bastante y que, además, son en general sencillos de resolver. El juego es un fluir constante de sucesos que van aconteciendo en la vida de los protagonistas en su intento por juntar el dinero necesario para traer al rey de vuelta a casa, y en esta rápida continuación de eventos termina habiendo poco lugar para los puzzles. En general, siempre tenemos pistas claras sobre qué hay que hacer en cada situación así que dudo que se conviertan en un verdadero impedimento para quien decida darle una oportunidad a la aventura, sólo alguno que otro puede dejarnos pensando un rato. Muchos de los días del juego comienzan con Robin teniendo que encontrar algún disfraz para infiltrarse en sitios enemigos, algo que se vuelve repetitivo y poco creíble a medida que avanzamos, pero tratamos de hacer la vista gorda ante esto por las cosas interesantes que van ocurriendo después.
Lo último para mencionar son las secuencias arcade. Por suerte, no las hay en gran cantidad. Se destacan dos: el antiguo Nine Men’s Morris y la arquería. El primero es un juego de mesa que data de tiempos remotos y que puede ser entretenido, mientras que el segundo es simplemente apuntar con nuestro arco al mejor estilo Robin Hood. Igual que en Camelot, se puede seleccionar la dificultad de estas escenas para pasarlas más rápidamente. El juego de Nine Men’s Morris llega a ser desafiante y vamos a tener que usar un poco la cabeza para ganar, pero la realidad es que su inclusión en la trama no está lo suficientemente bien justificada. La práctica y el torneo de arquería al que se tiene que enfrentar Robin, en cambio, puede que requiera de habilidades menos relacionadas con el género de la aventura gráfica, pero tiene sentido dentro de la historia.

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Balance final
Mirando hacia atrás y analizando el camino recorrido, llegamos a la conclusión de que Conquests of the Longbow es un juego realmente muy bueno. Y aunque no empiece de la mejor manera, después repunta para no decaer en ningún momento, con un final que, hechas bien las cosas, es imposible no estar satisfecho. Es evidente que tiene cosas para mejorar y una de las faltas más graves es lo repetitivo que puede ser por momentos, poniendo a prueba nuestra capacidad de abstracción de la realidad. También cuenta con varias situaciones en las que hay que mirar el manual para sortear las protecciones anti-copias, y su implementación no es tan buena como la de Camelot, que nos hacía leer bastante pero nos enseñaba más del mundo del juego. En Longbow no nos hacen leer tanto, pero resultan menos interesantes.
A pesar de estas menudencias, no puedo menos que recomendar el juego. Una aventura entretenida y atrapante de la que pocas veces oímos hablar pero que merecería un reconocimiento bastante mayor. Desde ya, no se necesita haber jugado Conquests of Camelot, pues son dos historias totalmente distintas, así que no hay excusas. A disfrutar.

Puntaje: 8/10.


Links de interés:

• Descarga en español (Disco Virtual de La Cueva)
• Sitio oficial de Christy Marx
• Sierra Help Pages (documentación y extras en inglés)
• Entrevista a Christy Marx en The Adventure Gamer (inglés)
• Conquests of Camelot: The Search for the Grail